El 20 y 21 de septiembre de 2025, la policía peruana utilizó balas de goma, gases lacrimógenos e incluso piedras para dispersar las protestas contra la presidenta Dina Boluarte. Durante la represión, al menos siete periodistas que cubrían las manifestaciones fueron atacados por las fuerzas de seguridad.
Entre los heridos se encuentran la reportera de Exitosa Noticias, Jahaira Pacheco, y el camarógrafo Percy Grados, ambos hospitalizados con heridas en las piernas. También resultaron afectados el fotógrafo independiente Juan Mandamiento, César Zamalloa de Hildebrandt en sus Trece, Diego Quispe de Ojo Público, y los periodistas de Reuters Anthony Marina y Néstor Galarza, quienes fueron alcanzados por perdigones disparados por la policía.
Según la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), los agentes no solo dispararon directamente contra los reporteros, sino que además bloquearon rutas de escape y confiscaron teléfonos de periodistas, tácticas que ponen en riesgo la seguridad física y restringen el derecho a informar.
Esta violenta represión refleja un patrón alarmante. Desde que asumió el cargo en diciembre de 2022, el gobierno de Boluarte ha encabezado reiteradas arremetidas contra manifestaciones, en las que alrededor de 50 civiles han muerto y decenas de periodistas han sido agredidos (Human Rights Watch).
En Free Press Alliance, exigimos una investigación independiente sobre estos últimos ataques. Ningún periodista debería ser jamás atacado por cumplir con su labor. Proteger la libertad de prensa en momentos de crisis política no es opcional, es un pilar fundamental de la democracia.