En 2024, el partido en el poder en la India, el Bharatiya Janata Party (BJP), se prepara para un tercer mandato consecutivo de cinco años, con los preparativos en marcha para las próximas elecciones generales de abril, en las que se espera que participen más de 600 millones de votantes. Sin embargo, los periodistas que cubren este acontecimiento crítico se enfrentan a retos sin precedentes, lo que ha llevado al Equipo de Respuesta a Emergencias (ERT) del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) a publicar una completa guía de seguridad. El objetivo de esta guía es dotar a editores, reporteros y fotoperiodistas de estrategias cruciales para sortear los riesgos digitales, físicos y psicológicos asociados a la cobertura de las elecciones en la India.
En la última década, la India ha sido testigo de una preocupante escalada en la persecución de periodistas, marcada por el aumento de la presión, los intentos de censura y las restricciones a la información, en particular en relación con cuestiones políticas sensibles. Los datos del Armed Conflict & Location Event Data Project (ACLED) ponen de relieve los crecientes peligros a los que se enfrentan los periodistas, como agresiones físicas, violencia colectiva y manifestaciones violentas. Además, los periodistas se enfrentan a crecientes amenazas digitales, como el acoso en las redes sociales, el ciberacoso y la vigilancia, lo que agrava las tensiones de salud mental en las organizaciones de medios de comunicación.
Bajo el liderazgo del primer ministro Narendra Modi desde 2014, el clima de libertad de prensa en la India se ha deteriorado significativamente. En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023 de RSF, el país ha caído en picado hasta el puesto 161 de 180 naciones, lo que pone de relieve una tendencia preocupante de muertes de periodistas, encarcelamientos y uso indebido de las leyes antiterroristas para silenciar las voces de los medios de comunicación. Los periodistas independientes se enfrentan a campañas de desinformación generalizadas, mientras que el acceso de los medios de comunicación extranjeros a la India sigue siendo cada vez más restringido en medio de un mayor escrutinio gubernamental y barreras normativas.