Publicada anualmente desde 2002 por Reporteros sin Fronteras (RSF), la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa es una importante herramienta de promoción que influye en los gobiernos de todo el mundo. Sirve de referencia a medios de comunicación, diplomáticos y organizaciones internacionales como la ONU y el Banco Mundial. Muchos jefes de Estado y de gobierno temen su publicación anual.
La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024 revela que la libertad de prensa está muy amenazada en todo el mundo, y que las autoridades políticas no protegen el periodismo. Reporteros sin Fronteras (RSF) destaca un preocupante descenso del indicador político, que muestra una caída global de 7,6 puntos. Esta tendencia indica una falta de apoyo y respeto a la autonomía de los medios de comunicación, con crecientes presiones y acciones hostiles por parte del Estado y otros actores políticos, incluyendo acoso y campañas de desinformación contra los periodistas.
A escala internacional, existe una notable falta de voluntad política para hacer cumplir la protección de los periodistas, como demuestran las numerosas violaciones cometidas contra periodistas en zonas de conflicto como Gaza. Palestina, por ejemplo, ocupa uno de los últimos puestos del Índice en cuanto a seguridad de los periodistas. Además, en el año 2024, marcado por la celebración de importantes elecciones en todo el mundo, se intensifican la violencia y la represión contra los periodistas, especialmente en regiones con regímenes autoritarios y juntas militares. Países como Nigeria, la República Democrática del Congo y los de la región del Sahel han sido testigos de importantes descensos en la libertad de prensa.
Además, el uso de IA generativa para la desinformación política y el creciente control gubernamental sobre las redes sociales e Internet, plantean nuevos retos para el periodismo. Países como Vietnam y China ejemplifican medidas extremas de censura y detención de periodistas. El declive global de la libertad de prensa es más pronunciado en regiones como Oriente Medio, el Norte de África y Asia-Pacífico, donde la violencia política y las prácticas autoritarias obstaculizan gravemente las actividades periodísticas. Por el contrario, Europa, a pesar de algunos retrocesos, sigue albergando países con unos niveles de libertad de prensa relativamente altos, impulsados por las nuevas leyes de libertad de los medios de comunicación en la Unión Europea.
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