El pasado viernes estallaron protestas en varios puntos de Los Ángeles tras una serie de redadas migratorias realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en barrios con alta población latina. Estas acciones, que han cobrado fuerza con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, forman parte de una renovada ofensiva contra la inmigración indocumentada.
Según CBS News, los operativos de ICE se llevaron a cabo en el distrito de Westlake y en la ciudad de Paramount, al sur de Los Ángeles, donde más del 82 % de la población es hispana. Solo el viernes, ICE confirmó la detención de 44 personas en un mismo lugar de trabajo, y de otras 77 en distintas zonas del área metropolitana.
Ante el crecimiento de las protestas, el presidente Trump ordenó el despliegue de 2.000 soldados de la Guardia Nacional en California. Sin embargo, han surgido denuncias preocupantes sobre el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y periodistas que cubrían los hechos.
Se han reportado al menos 35 casos de periodistas agredidos o impedidos de ejercer su labor informativa durante las manifestaciones.
Entre los heridos se encuentran Ryanne Mena, reportera de crónica policial del LA Daily News, y el periodista independiente Sean Beckner-Carmitchel, ambos alcanzados por balas de pimienta y gas lacrimógeno mientras cubrían las protestas el viernes y sábado.
El fotoperiodista británico Nick Stern, radicado en Los Ángeles, debió ser operado de urgencia tras recibir el impacto de una bala de plástico de tres pulgadas en la pierna el domingo. Stern declaró a la BBC que estaba claramente identificado como prensa, con credenciales visibles y cámara en mano.
Lauren Tomasi, corresponsal de 9News de Australia, también fue alcanzada por una bala de goma en la pierna mientras transmitía en vivo.
Según el Committee to Protect Journalists (CPJ), Adam Rose, secretario del Los Angeles Press Club, ha documentado más de 20 incidentes de violencia o bloqueo contra periodistas desde el inicio de las protestas el 6 de junio.
En Free Press Alliance, condenamos enérgicamente estos ataques contra la prensa. La libertad de prensa es un pilar esencial de la democracia, y cualquier forma de violencia contra periodistas es inaceptable e ilegal. Instamos al Departamento de Policía de Los Ángeles y a las autoridades competentes a investigar estos hechos con urgencia, garantizar la rendición de cuentas y proteger tanto los derechos de los periodistas como el derecho de la ciudadanía a estar informada.