Mario Guevara, periodista salvadoreño ganador de un premio Emmy, fue deportado tras permanecer casi 100 días bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), luego de ser arrestado mientras cubría las protestas del No Kings Day contra la administración Trump en Atlanta. Antes de su deportación, Guevara fue trasladado a un centro de detención en Luisiana, donde se le negó la oportunidad de despedirse de su familia.
El periodista fue deportado el viernes en un vuelo a las 4:00 a.m. con destino a El Salvador. Aunque había sido absuelto de los cargos relacionados con su labor periodística, esto no bastó para garantizar su liberación. Según sus abogados, Guevara contaba con un permiso de trabajo válido y se encontraba en proceso de regularizar su estatus migratorio con el apoyo de su hijo, ciudadano estadounidense.
En una carta escrita desde el centro de detención, Guevara declaró:
“Si me deportan, me iré con la cabeza en alto… pero con el corazón roto.”
Ese mismo día, un video en vivo mostró su llegada a El Salvador, escoltado por agentes y recibido por su familia. Al tocar tierra, mirando al cielo, expresó:
“Mi país, mi país, mi país. Gracias a Dios. No era así como quería regresar, pero gracias a Dios.”
Horas después, Guevara compartió una fotografía junto a su equipo de reporteo, afirmando que estaba “listo para seguir trabajando el doble desde mi país.”
Desde Free Press Alliance, condenamos la deportación de Mario Guevara, un hecho que representa un alarmante retroceso para la libertad de prensa en Estados Unidos y una advertencia sobre los crecientes riesgos que enfrentan los periodistas migrantes en el ejercicio de su labor.