El periodismo de guerra siempre ha implicado riesgos extremos: bombardeos, secuestros, censura y amenazas constantes. Sin embargo, en Gaza, el mayor peligro para quienes informan ya no es solo la violencia, sino el hambre.
La ayuda humanitaria no está llegando a la Franja, y tanto periodistas como civiles enfrentan una hambruna crítica. Este es el caso del fotoperiodista Bashar Taleb, quien documentó incansablemente la devastación en Gaza hasta que la desnutrición lo obligó a detenerse.
El sábado 19 de julio, Taleb publicó un mensaje desgarrador en su cuenta de Facebook:
«Ya no tengo fuerzas para trabajar en los medios. Estoy delgado y ya no puedo trabajar.»
Su trabajo puede encontrarse en la agencia de noticias Agence France-Presse (AFP), que ha emitido un comunicado urgente advirtiendo que sus corresponsales en Gaza están muriendo de hambre.
«Desde la fundación de AFP en agosto de 1944, hemos perdido periodistas en conflictos, hemos tenido heridos y prisioneros en nuestras filas, pero ninguno de nosotros recuerda haber visto a un compañero morir de hambre», señala la Sociedad de Periodistas de la agencia.
El caso de Taleb no es aislado. En el sur de Gaza, Alham, otra colaboradora, relata que su mayor preocupación ya no es el conflicto, sino conseguir algo para comer.
«Cada mañana, la misma pregunta resuena en Gaza: ¿Comeré hoy?»
Aunque Taleb recibe un salario de la agencia, no puede acceder a él.
«El sistema bancario ha desaparecido y quienes cambian dinero entre cuentas bancarias en línea y efectivo cobran una comisión de casi el 40%. Y, aun así, no hay nada que comprar», explica.
Sin periodistas locales como él y como Alham, el mundo no sabría lo que ocurre dentro de Gaza, ya que la prensa internacional tiene prohibido el ingreso desde hace casi dos años.
La hambruna no afecta solo a los periodistas. Organizaciones como Save the Children, Oxfam y Médicos Sin Fronteras han denunciado una crisis humanitaria sin precedentes. La escasa ayuda que logra ingresar es insuficiente.
Una carta firmada por la ONU y diversas organizaciones internacionales denuncia que actualmente solo se permite la entrada de un promedio de 28 camiones diarios de ayuda humanitaria. La ONU ha advertido que se necesitan al menos 600 camiones al día para alimentar adecuadamente a los más de dos millones de personas que viven en Gaza.
A pesar de la presión internacional, Israel continúa bloqueando el paso de suministros y negando el acceso a los medios de comunicación.
Desde Free Press Alliance, hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional para exigir al gobierno israelí el cese inmediato del bloqueo a la ayuda humanitaria. No solo los periodistas necesitan asistencia para poder seguir informando: millones de civiles están atrapados en una situación inhumana. La libertad de prensa no puede existir donde la supervivencia misma está en juego.