Los 32 periodistas detenidos por las fuerzas israelíes mientras cubrían el Global Sumud Flotilla, una misión humanitaria hacia Gaza, han sido liberados, según informaron organizaciones de defensa de la libertad de prensa.
El Global Sumud Flotilla, la mayor caravana marítima de ayuda humanitaria hasta la fecha, zarpó desde España el 31 de agosto con el objetivo de entregar asistencia humanitaria a Gaza y desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel en medio de una crisis humanitaria cada vez más grave. La flotilla estaba compuesta por cinco embarcaciones que transportaban entre 500 y 700 activistas y periodistas de más de 44 países.
Los periodistas a bordo del buque FFC fueron detenidos el 8 de octubre de 2025, cuando las fuerzas israelíes interceptaron la embarcación y tomaron el control. Según la reportera de Jewish Currents Emily Wilder, “en la madrugada del 8 de octubre, el ejército israelí nos rodeó, abordó el barco, tomó el control de la nave y nos mantuvo cautivos durante 12 horas a bordo hasta llegar al puerto de Ashdod.” Wilder afirmó que se identificó repetidamente como periodista y que llevaba su acreditación de prensa durante todo el incidente. “En un momento, uno de los soldados tomó mi cuaderno de notas. Luego me fue devuelto, pero claramente había sido leído”, añadió.
La periodista Noa Avishag Schnall describió graves malos tratos en un video publicado en Instagram, afirmando que fue “colgada de grilletes metálicos en las muñecas y los tobillos y golpeada en el estómago, la espalda, la cara, el oído y el cráneo por un grupo de hombres y mujeres guardias, uno de los cuales se sentó sobre mi cuello y rostro, bloqueando mis vías respiratorias.” También denunció que “las mujeres fueron amenazadas con gas pimienta” y que su celda “fue despertada con amenazas de violación.”
El Centro Adalah, una organización de defensa legal de los derechos de las minorías árabes en Israel que representa a los periodistas y activistas, declaró al Committee to Protect Journalists (CPJ) que las autoridades israelíes “trataron a los periodistas que acompañaban la flotilla igual que a los activistas”, a pesar de su labor profesional. Adalah agregó que, en el puerto de Ashdod, “las autoridades emitieron órdenes de arresto y prohibiciones de entrada a largo plazo contra varios periodistas”, calificando estas acciones como “una grave e ilegal vulneración de su derecho a trabajar y una restricción a su capacidad de cubrir los acontecimientos en la región.”
En Free Press Alliance celebramos la liberación de todos los periodistas detenidos, pero condenamos enérgicamente su arresto y los reportes de malos tratos. Los periodistas deben poder informar libremente sobre acontecimientos humanitarios y políticos sin temor a detención o violencia. Restringir su labor constituye un ataque directo a la libertad de prensa y al derecho del público a estar informado.