El ataque a la libertad de prensa: cómo Israel reprime el periodismo independiente durante los conflictos con Irán y Palestina

La libertad de prensa es un pilar fundamental de toda sociedad democrática: actúa como contrapeso al poder estatal y garantiza la transparencia, especialmente en tiempos de guerra. Sin embargo, en el contexto de los conflictos de Israel con Irán y Palestina, este derecho esencial ha sido objeto de un ataque sostenido y sistemático. La postura cada vez más agresiva del gobierno israelí hacia periodistas locales e internacionales durante los periodos de conflicto revela una tendencia preocupante: utilizar la seguridad nacional como pretexto para silenciar el periodismo independiente.

Censura por ley: un enfoque militarizado hacia los medios

Una de las expresiones más evidentes de la represión contra la prensa es el régimen de censura militar israelí. En junio de 2025, en medio de crecientes tensiones con Irán, el ejército israelí emitió nuevas directrices bajo las normas de censura denominadas “León que se Alza” (Rising Lion). Estas reglas prohíben a los periodistas publicar imágenes o reportajes de lugares atacados por misiles o drones sin la aprobación previa de los censores militares. Quienes violen esta norma enfrentan penas de hasta 30 meses de prisión, lo que convierte a este marco legal en uno de los más duros dentro de países considerados democráticos (Al Jazeera).

Este sistema no es meramente simbólico. Solo en 2024, se bloquearon más de 1.635 artículos completos y se impusieron restricciones a más de 6.265 textos adicionales por parte de los censores militares (+972 Magazine vía Al Jazeera). Estas cifras reflejan no solo la magnitud de la intervención, sino también el efecto paralizante que ejerce sobre el periodismo de investigación.

Ataques a medios internacionales: la Ley Al Jazeera y más allá

La hostilidad del gobierno israelí hacia la prensa extranjera alcanzó un nuevo nivel en abril de 2024, cuando la Knéset aprobó la llamada “Ley Al Jazeera”. Esta legislación otorga a las autoridades el poder de cerrar medios de comunicación extranjeros considerados una amenaza para la seguridad nacional. Ya se ha utilizado para clausurar las oficinas de Al Jazeera en Jerusalén y para confiscar equipos de periodistas de Associated Press que transmitían en vivo desde el norte de Israel (The Times of Israel).

Más recientemente, durante la escalada del conflicto con Irán en junio de 2025, los ministerios de Comunicaciones y Seguridad emitieron nuevas directrices que exigen a periodistas, nacionales e internacionales, obtener aprobación policial por escrito antes de publicar información relacionada con ataques. Las violaciones fueron tipificadas como delitos penales, reforzando aún más el cerco contra la libertad de prensa (CPJ).

Silencio impuesto a periodistas palestinos y árabe-israelíes

Mientras que los reporteros internacionales enfrentan restricciones, los periodistas palestinos y árabe-israelíes sufren con mayor dureza la represión. Según la Federación Internacional de Periodistas (IFJ), al menos 26 reporteros palestinos o de medios en árabe fueron acosados, bloqueados en zonas de cobertura o agredidos físicamente durante las hostilidades de junio de 2025. Varios fueron detenidos sin cargos, incluso contando con la acreditación correspondiente.

En Gaza, la situación es catastrófica. Desde el 7 de octubre de 2023, más de 185 periodistas palestinos han sido asesinados, convirtiendo a este conflicto en uno de los más letales para los trabajadores de prensa en la historia reciente (The Guardian). Esta cifra no solo representa una tragedia humana, sino que también deja un vacío informativo enorme, ya que los periodistas extranjeros tienen prohibido el ingreso a Gaza para realizar cobertura independiente.

Reacción internacional: condena y preocupación

Las acciones del gobierno israelí han provocado una oleada de críticas por parte de organizaciones internacionales. Reporteros Sin Fronteras degradó a Israel al puesto 112 de 180 países en su Índice Mundial de Libertad de Prensa de 2025, citando una “interferencia estatal sin precedentes”. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha condenado el uso del conflicto con Irán como justificación para intensificar los ataques contra la prensa, señalando múltiples casos de confiscación de equipos, detenciones arbitrarias y amenazas verbales.

Otras organizaciones como ARTICLE 19 han advertido que el régimen de censura israelí promueve una cultura de impunidad frente a abusos a los derechos humanos. Sin la posibilidad de documentar o investigar las acciones bélicas, los periodistas no pueden cumplir su rol de garantes de la verdad, y la ciudadanía queda privada del derecho a saber.

Conclusión: el costo del silencio

Los intentos de Israel por restringir la libertad de prensa durante los conflictos con Irán y Palestina no son simples actos aislados de censura. Constituyen una estrategia sistemática para controlar la narrativa, suprimir el disenso y proteger sus acciones militares del escrutinio público. Ya sea a través de leyes, directrices militares o violencia directa, el mensaje a los periodistas es claro: hay líneas que no se pueden cruzar.

En una democracia, la prensa debe ser libre, especialmente en tiempos de guerra. Cuando los gobiernos suprimen a los medios, suprimen la verdad. Y al hacerlo, niegan a sus ciudadanos y al mundo entero la posibilidad de exigir rendición de cuentas al poder.

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